Match point
2005, Woody Allen

 

¿Qué es la suerte? Empecemos por aquí.

Es obvio que no lo controlamos todo. Llamamos suerte a los sucesos o acontecimientos que, sin nosotros aparentemente hacer nada, se dan a nuestro favor. Cuando pasa lo contrario y el suceso nos perjudica, hablamos de mala suerte. En el fondo es lo mismo: pasa algo que no depende de nosotros y nos apetece justificarlo de alguna manera.

Aunque sea un tema ambiguo de límites poco claros, vamos a obviar todas aquellas situaciones donde decimos “suerte” pero realmente eran situaciones que en alto grado dependían de nuestra actitud, expectativas, de lo que podíamos haber hecho y no hicimos o simplemente de cuando a diferencia de lo que nosotros pensábamos, sí que había muchas más cosas bajo nuestro control y que dejamos al azar.

Entonces, ¿por qué en el Alto Rendimiento, o en cualquier entorno de máxima exigencia, la buena suerte no existe?

Porque las condiciones del entorno y de la propia actividad exigen tal nivel de preparación, que quienes llegan al final y avanzan en sus competiciones han tenido que superar muchos obstáculos y situaciones, de forma que quien gana no lo hace por casualidad. Quizá han tenido más recursos, presupuesto, facilidades, etc. y podemos hablar de mérito en función de las condiciones y lo trabajado, aunque siempre será subjetivo, pero no de suerte. Lo que está claro es que hay que trabajar mucho para llegar al final con opciones y ganar, como para devaluar todo eso y atribuirle todo el mérito al azar.

Requiere tanto esfuerzo y sacrificio llegar hasta el final, que es demasiado injusto llamarlo suerte

 

En cambio, la mala suerte sí puede existir. Porque no todo depende nosotros. Un suceso inesperado, al cual no nos podemos sobreponer porque no hay margen de adaptación, podría apartar-nos de la opción de llegar hasta el final y ganar. Una lesión fortuita en un momento clave, un golpe, un impacto, un accidente de tráfico, una enfermedad, etc. son algunos ejemplos que podrían dejarnos sin opciones.

Kawhi Leonard, jugador de los Toronto Raptors, anotaba sobre la bocina el tiro ganador en el séptimo partido (y último) de las semifinales de la Conferencia Este.

No todo el mundo dispone de las mismas oportunidades, pero cuando la exigencia es máxima y todos los detalles suman o restan, nadie gana por casualidad. En cambio, la mala suerte si puede existir, porque siempre pueden pasar cosas que no dependen de nosotros y nos aparten del camino.

Aún así, que haya sucesos que no controlamos y puedan perjudicarnos, no implica que no podamos hacer autocrítica de todo aquello que hemos hecho, para mejorar y prepararnos para nuestra siguiente oportunidad.

Por tanto, volvemos a la pregunta del principio, ¿qué es la suerte? Es disciplina, sacrificio, unión, determinación, esfuerzo, entrenamiento… es nuestro día a día intentando mejorar para llegar al momento decisivo, ganar y que algunos lo llamen ‘suerte’.