Este año nos hemos quedado sin Juegos Olímpicos, pero es un buen momento para recordar la historia de alguien, que simplemente haciendo su trabajo, habló muy fuerte. En los últimos días se ha reivindicado mucho la lucha contra el racismo, debido a la muerte de George Floyd. El deporte es y ha sido siempre un canal muy potente para mandar este tipo de mensajes, inspirar y ayudar a los demás.
Jesse Owens (12 de septiembre de 1913, en Alabama, Estados Unidos – 31 de marzo de 1980, en Arizona, Estados Unidos) fue un atleta estadounidense que competía en carreras de velocidad y salto de longitud. Es considerado uno de los mejores atletas de todos los tiempos.
Antes de sus éxitos deportivos, Owens ya conocía de primera mano el racismo institucionalizado en su América natal. Por su color de piel, su nación ya le había hecho ver que no todos los hombres nacían iguales, y a pesar de su brillantísima carrera en la Universidad de Ohio, por ejemplo, nunca recibió una beca de la institución. Además, existía la segregación entre blancos y negros y, estos últimos, tenían prohibido alojarse en el campus o comer en los mismos restaurantes. Pero eso no fue un impedimento para ganar ocho títulos de la NCAA (National Collegiate Athletic Association, en inglés) en dos años. En 1935, durante la Big Ten Conference universitaria, protagonizó lo que se consideran “los mejores 45 minutos de la historia del deporte”: en menos de una hora batió tres récords mundiales e igualó uno. La marca que estableció en salto de longitud, 8,13 metros, estuvo vigente durante 25 años.
En los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, Adolf Hitler estaba en el poder y pretendía contaminar el deporte, utilizando este gran evento para enseñarle al mundo los progresos de su Alemania nazi, y esperaba que los atletas alemanes arrasaran en el medallero.
En esa olimpiada, Jesse Owens tenía 22 años y ganó 4 medallas de oro:
- 100m. (10,3 segundos)
- Salto de longitud (8,06 metros)
- 200m. (20,7 segundos)
- Relevos 4x100m, junto a Ralph Metcalfe, Frank Wykoff y Froy Draper (39,8 segundos)
Para darnos cuenta de la dificultad de esta hazaña, nadie volvió a ganar 4 medallas de oro hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, donde Carl Lewis consiguió cuatro oros, 48 años más tarde.
Según Albert Speer, ex Ministro de Armamento y Producción de Guerra del Reich, Hitler estaba “muy molesto por los triunfos del negro estadounidense. Cualquiera que tuviese ancestros procedentes de la jungla era una salvaje; su constitución física era mucho más fuerte que la de los blancos y por ello deberían haber sido excluidos de los juegos”.
Bonito ejemplo de racismo y de no saber perder. Aunque la historia no terminó aquí:
Después de tal hazaña, en su país ni siquiera el Presidente Roosevelt le envió un telegrama de felicitación y el día de su homenaje en el hotel Waldorf Astoria le prohibieron entrar por la puerta principal, lo trasladaron a la recepción en el montacargas. La Federación de Atletismo de Estados Unidos le retiró el estatus de amateur por tratar de aprovechar su fama en busca de patrocinadores, lo que acabó con su carrera. Owens ejerció varios trabajos, como correr contra caballos, hasta caer en bancarrota.
La Lección de Jesse Owens:
1. No siempre es necesario hablar, para callar muchas bocas. A veces, es suficiente con hacer bien tu trabajo, y dejar que este hable por ti.
2. Jesse Owens, por muy bueno que fuera, empezó la carrera de la vida unos metros por detrás del resto, solo por un único motivo: ser negro. Aún así no se rindió, a pesar de todas las dificultades luchó por llegar a lo más alto, superando los obstáculos que la sociedad había diseñado. Aunque esta terminara pasándole por encima. Dio a la comunidad negra un precedente y al mundo del deporte un referente. A pesar de todo, era posible.
3. Vivimos en una sociedad con muchas reivindicaciones y dilemas morales. A veces es complicado posicionarse en todas estas situaciones, y lo terminamos haciendo en las que tienen más repercusión mediática o en las que son más cercanas a nuestra realidad y/o nos afectan. Pero hay algo que tienen en común todas ellas, y se llama Respeto. Aplicarlo cada día en aquello que hacemos, es el primer paso para contribuir a todas estas reivindicaciones pendientes.
«Todos tenemos sueños. Llevarlos a la realidad implica una horrorosa cantidad de determinación, dedicación, disciplina y esfuerzo» –Jesse Owens
df
Bibliografía:
Izquierdo, H. (2016) Jesse Owens, el atleta negro que le aguó la fiesta a Hitler en los JJOO de Berlín 1936. Revista GQ. En: https://www.revistagq.com/noticias/deporte/articulos/jesse-owens-hitler-juegos-olimpicos-berlin-1936/24332