Primero Copiar y luego Crear.
Aprende de los mejores.
¿Quién fue Hunter S. Thompson?
Hunter Stockton Thompson (Louisville, 18/07/1937 – Woody Creel, 20/02/2005) fue un periodista y escritor estadounidense. Thompson fue el creador y máximo exponente del periodismo gonzo, un modelo de periodismo que plantea eliminar la división entre sujeto y objeto, ficción y no ficción, y objetividad y subjetividad.
Cuando Thompson era un joven periodista de la revista Time, copió el texto entero de El Gran Gatsby, de Scott Fitzgerald, y el de Adiós a las armas, de Hemingway. Dos veces. Tal como contó su amigo Johnny Depp al The Guardian: “Quería saber cómo se sentía uno al escribir una obra maestra”.
Thompson, después, fue uno de los impulsores del “estilo Gonzo”, un género que combina la objetividad del periodismo con la subjetividad del novelista. Han dicho de él que es el escritor estadounidense de humor más importante del siglo XX.
Thompson fue corresponsal para la revista Rolling Stone, allí ejerció durante treinta años. Fue en ese momento en el que vio que la frontera entre objetividad y subjetividad desaparece, ya que el protagonista forma para de la historia. Los hechos, desde un punto de vista de la primera persona y con todo lujo de detalles son más importantes que el concepto de verdad.
En 1971 se publicó la obra Miedo y asco en Las Vegas, una novela de Thompson que se ha convertido en uno de los referentes del periodismo Gonzo y ha entrado a formar parte del imaginario colectivo estadounidense. La obra fue creada, precisamente, para ser un ejemplo del periodismo Gonzo y, aunque para Thompson fracasó en ese intento, la realidad es que recoge todas las características que definen el género. En un principio, nació como una serie de artículos para la Rolling Stone.
Un hombre que posterga su elección inevitablemente tendrá que elegir por las circunstancias –Hunter S. Thompson
La lección de Thompson:
Primero trabaja, aprende, escucha a buenos referentes, copia a los mejores, y luego en todo caso, exige, busca o pide. Nunca al revés. Thompson invirtió infinitas horas en un proceso de aprendizaje, que luego dieron su fruto, aportándole una nueva perspectiva, más conocimiento, más recursos y más opciones para explotar su creatividad, llegando incluso a crear un nuevo género literario. Pero no olvidemos que empezó aprendiendo para luego terminar creando.
Como su propio estilo muestra, la línea entre objetividad y subjetividad, la persona y el personaje, la vida profesional y la personal, puede ser tan fina que hasta desaparezca. Pero lo que Thompson nos deja claro es una gran lección: no basta con decir “yo quiero hacer” o “yo quiero ser”, hay que trabajar, prepararse y aprender para ello, si hace falta copiando hasta 2 veces las mejores obras, para saber lo que implica y lo que se siente. Luego sal ahí y escribe tu propia historia.