Cuando se produce una lesión, siempre es por uno de estos dos motivos:
Causa interna / intrínseca: Existe un desequilibrio en nosotros que acaba explotando.
↳ Sabremos que teníamos un problema que tarde o temprano teníamos que solucionar, sobre todo porque muchxs deportistas con frecuencia no son ni conscientes de ello.
Causa externa /extrínseca: Un elemento fortuito e inesperado provoca un impacto demasiado grande como para poder absorberlo.
↳ Deberíamos darnos cuenta de que todo puede cambiar de un momento a otro, y que no lo podemos controlar todo.
En cualquiera de los dos casos, hay algo en común: se rompen o desestabilizan estructuras.
La lesión, y su proceso de recuperación posterior, siempre será una oportunidad para reparar esas estructuras y/o desequilibrios.
Me he lesionado, ¿y ahora qué?
Sea cual sea la causa, una lesión ofrece una serie de oportunidades que prácticamente nunca se suelen valorar en el momento, porque existe demasiada preocupación acerca de lo que nos estamos perdiendo (o nos vamos a perder) por quedarnos fuera de juego durante un tiempo.
Oportunidades:
Pero como decía, sí que existen algunas oportunidades muy interesantes:
1. Está claro que toca reparar las estructuras dañadas, pero también podemos aprovechar para reforzar otras que se podrían mejorar y que nunca hemos tenido tiempo o prioridad para ello.
2. El día a día, la competición, la exigencia de un calendario, muchas veces nos atrapa. Parar, siempre es una buena oportunidad para reflexionar sobre lo que hemos conseguido hasta ahora, y por lo que nos gustaría luchar en un futuro.
3. Es un buen momento para darse cuenta de lo que es realmente importante. Reorganizar nuestro día a día, nuestros hábitos, responsabilidades y volver a definir nuestras prioridades.
4. Vas a pasar tiempo solx, o mejor dicho, contigo mismx. Hay muchas tareas que tendrás que hacer por tu cuenta. Es un gran oportunidad para escucharte, conocerte y entenderte más.
5. Una lesión puede ser la oportunidad para volver mucho mejor que antes. La lesión inicialmente condiciona, pero posteriormente no impide que puedas encontrar tu mejor versión.
Decisiones adecuadas:
Además de oportunidades, también es el momento de tomar las decisiones adecuadas, ya que como todo lo que nos pasa en la vida (incluso una medalla de oro), lo importante siempre va a ser cómo nosotros lo gestionemos. Por tanto, es momento de:
1. Rodearse de buenos profesionales cuando los necesites. Estás lesionadx, ponte en las mejores manos que estén a tu alcance. Por si no lo sabías, tú eres la prioridad.
2. Elige bien quién te acompaña en este camino. A nivel personal, quizá no todas tus amistades, ni las personas de tu alrededor o tu día a día, te van a aportar lo que necesitas. Elige conscientemente.
3. Tu alimentación pasa a ser básica, si es que no lo era antes. Siempre es importante, pero sobre todo ahora, tu cuerpo necesita la mejor gasolina posible. Come saludable y te ayudará a mantener tu equilibrio, facilitar tu recuperación y no añadir nuevos problemas a los que ya tienes.
4. Encuentra otras actividades que te hagan desconectar y/o volver a conectar. Seguramente habrá cosas que ahora ya no podrás hacer, pero puedes hacer otras. Incluso algunas que nunca habías hecho, porque recuerda que puedes estar lesionadx, pero sigues estando vivx.
5. Da importancia al descanso. Respeta y reorganiza si es necesario tus hábitos de descanso. Cuando puedas entrenar, aunque sea de forma adaptada, hazlo, te ayudará a dormir mejor y liberar estrés. Escucha música, lee, escribe, pasea, medita, utiliza técnicas de relajación, etc. pero sobre todo entiende que para nuestro cuerpo y mente, lo que trabajamos es tan importante como el descanso posterior, para que esas estructuras vayan asimilando las nuevas cargas, y se puedan generar nuevas adaptaciones.
3 ideas clave:
Por último, tres ideas clave a tener muy en cuenta durante todo este proceso:
1. Muchas veces queremos ser más inteligentes e ir más rápidos que el tiempo. Esto no es posible.
2. El futuro y los objetivos son importantes, pero hay algo que tiene gran influencia en lo que va a pasar: nuestro día a día. Dale el valor que tiene, porque lo que hagas cada día, durante muchos días, condicionará tu futuro.
3. Ni lo sabemos todo, ni deberíamos dar nada por supuesto. El aprendizaje nunca va a terminar, otra cosa es que no queramos aprender o que no estemos preparados para la siguiente lección.