El arte de la guerra es un libro de estrategia militar escrito por el maestro Sun Tzu. Tzu fue un general chino que vivió alrededor del siglo V a.C.

Inspiró a Napoleón, Mao Tse Tung y Maquiavelo entre otras muchas figuras históricas. Escrito hace más de dos mil quinientos años –en el siglo V a.c– es uno de los textos clásicos chinos más importantes y, aunque pudiera parecer que por su antigüedad pudiera haber quedado anticuada, no hay ni un solo consejo que no sea útil a día de hoy. No sólo en la guerra, sino en todas aquellas disciplinas que necesiten de estrategia y de lidiar con grupos o, en nuestro caso, equipos.

 

“La libertad nos permite escoger, pero no nos dice qué elección es la mejor. De hecho, nuestra libertad inteligente ha inventado la música de cámara y la cámara de gas.”

“La confusión del ejército conduce a la victoria del adversario. (…) Aquel cuyas tropas estén unidas en torno a un objetivo común será el vencedor.”

Estatua de Sun Tzu en la ciudad japonesa de Yurihama (Tottori).

“Si el jefe está dotado de sabiduría, será capaz de reconocer los cambios y las circunstancias y actuar con rapidez. Si es equitativo, sus hombres estarán seguros de la recompensa y del castigo. Si es humano, amará al prójimo, compartirá sus sentimientos y apreciará su trabajo y sus dificultades. Si es valiente, alcanzará la victoria captando, sin dudarlo, el momento oportuno. Si es severo, sus tropas serán disciplinadas.”

“Inteligencia, Honradez, Humanidad, Valor y Severidad. La autoridad no se impone tanto por la fuerza como por el prestigio, y la sustancia de ese prestigio se elabora con los ingredientes citados.”

“La victoria puede ser creada.”

“Un ataque puede carecer de ingenio, pero es necesario que se realice con la velocidad del relámpago.” (…) “Si tus tropas están en situación de inferioridad, evita temporalmente que el enemigo tome la iniciativa del ataque. Luego podrás probablemente sacar partido de uno de sus puntos débiles. Apelarás entonces a todas tus energías y buscarás la victoria con firme determinación.”

“Cuando el enemigo esté en posición más fuerte, has de saber mermarlo; cuando esté bien nutrido, hacerle pasar hambre; cuando esté descansando, obligarle a pasar a la acción.”

“La certeza de tomar lo que atacas significa atacar un punto que el enemigo no protege. La certeza de conservar lo que defiendes es defender un punto que el enemigo no ataca.”

“En términos generales, mandar a muchas personas es como mandar a unas pocas. Es cuestión de organización. Como regla general, emplea tu fuerza normal para trabar el combate, y emplea tu fuerza extraordinaria para obtener la victoria.”

“El enemigo debe ignorar dónde me propongo librar la batalla, porque, si lo ignora, deberá estar preparado en muchos puntos diferentes. Y si se mantiene preparado en muchos puntos, serán poco numerosos los efectivos que yo pueda encontrar en cualquiera de ellos.”

“Mira por tus soldados como miras por un recién nacido. Así estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos. Cuida de tus soldados como cuidas de tus hijos, y morirán gustosamente contigo.”

“Planificar bien una batalla equivale a veces a ganarla antes de enfrentarse al enemigo, mientras que una mala planificación derrota a un ejército antes de entrar en combate (…) Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro. Si te conoces a ti mismo pero no conoces al enemigo, perderás una batalla y ganarás otra. Si no conoces al enemigo ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.”

“Actúo de forma que el enemigo tome mis puntos fuertes por puntos débiles, mis puntos débiles por puntos fuertes, mientras que yo convierto en débiles sus puntos fuertes y descubro sus fallos… Disimulo mis huellas hasta hacerlas imperceptibles; guardo silencio para que nadie pueda oírme.”

“Ofrece un señuelo a tu enemigo para hacerle caer en una trampa; simula el desorden y sorpréndelo (..) Cuando se concentre, prepárate a luchar contra él, donde sea fuerte, evítale (…) Irrita a su general y desoriéntale (…) Finge estar en inferioridad de condiciones, estimula su arrogancia (…) Si el enemigo está descansado, fatigadle. Si está unido, divididle (…) Atacadle por donde no esté preparado; haz una salida por donde no se lo espere.”

“No pongas obstáculos en el camino de un enemigo que se dirige hacia su casa (…) No fuerces hasta el límite a un enemigo que se encuentra en una situación apurada.”

“Un general estúpido y valeroso es una calamidad (…) Una cualidad esencial en un general: la constancia (…) El que está ansioso por defender su reputación no presta atención a otra cosa”

“Si un general establece planes inútiles, todo el mundo termina cansado (…) Si las órdenes carecen de firmeza, la moral de los hombres es baja y los oficiales se enfurecen.”

“No se puede conseguir un fin bueno por un camino malo, ni seguir un camino inteligente para llegar a un fin malo. Kant escribe, en este sentido, que ser inteligente, sensato y gracioso es bueno y deseable. Pero también puede ser muy malo si la voluntad que usa dichas cualidades no es buena. Y pone un ejemplo muy sugestivo: el médico que cura a un hombre sigue un método tan eficaz como el que sigue el envenenador que lo mata.”

“En la guerra, la simple superioridad numérica no ofrece ninguna ventaja. Hay que saber aprovecharla.”

“Si se desea fingir el desorden para atraer a un enemigo, hay que estar bien disciplinado. Solamente entonces se puede fingir la confusión. El que quiera simular la cobardía y mantenerse al acecho del enemigo, debe ser valeroso, porque solamente así podrá simular el miedo. El que quiera parecer débil, para hacer arrogante a su enemigo, debe ser extremadamente fuerte. Sólo con esta condición se podrá fingir la debilidad.”

“Si se castiga a las tropas antes de haber conseguido su fidelidad, serán desobedientes. Si sé que mis tropas son capaces de arrasar al enemigo, pero ignoro si éste es invulnerable, mis probabilidades de victoria son sólo del 50%. Si sé que el enemigo es vulnerable, pero ignoro si mis tropas pueden atacarle con éxito, mis probabilidades de victoria son solamente de un 50%. Si sé que el enemigo puede ser atacado y que mis tropas son capaces de hacerlo, pero he omitido considerar que, debido a la configuración del terreno, no debo atacar, mis probabilidades de victoria son sólo de un 50%.»

“Un ejército sin agentes secretos es como un hombre sin ojos y sin oídos.”

“Antiguamente los guerreros hábiles comenzaban por hacerse invencibles, luego esperaban a que el enemigo fuese vulnerable. Nuestra invencibilidad depende de nosotros; la vulnerabilidad del enemigo, de él. Lo que depende de uno mismo puedo hacerlo; lo que depende del enemigo nunca está garantizado.”

“Si se desea realizar una ofensiva hay que conocer los hombres que utilitza el enemigo. ¿Son astutos o estúpidos, educados o palurdos? Cuando se han evaluado estas circunstancias, se pueden hacer preparativos adecuados.”

“Si las tropas son fuertes y los oficiales débiles, el ejército es insubordinado.”

“Si los oficiales son valientes y las tropas ineficaces, el ejército está en apuros.”

“Ganar batallas y apoderarse de los objetivos prefijados, pero sin conseguir ventaja alguna de estos resultados, es de mal augurio y se llama pérdida de tiempo.”

“Conoce al enemigo, conócete a ti mismo y tu victoria nunca se verá amenazada. Conoce el terreno, conoce las condiciones meteorológicas y tu victoria será total.”

“Cuando el enemigo envía espías para huronear lo que hago y dejo de hacer, los obsequio generosamente con vino y los hago volver convertidos en mis propios agentes.”

“El que lanza a todo el ejército en pos de una ventaja, no la obtendrá. Pues la guerra se basa en el engaño. Desplázate cuando te convenga y crea cambios de situación mediante la dispersión o la concentración de las fuerzas.”

“Si las tropas huyen, o son insubordinadas, o están en apuros, abrumadas en plena confusión o desorientadas, es culpa del general. Ninguno de estos desastres puede ser atribuido a causas naturales.”